La halitosis es el mal aliento. Muchas personas al hablar desprenden un olor característico que para ellas mismas o para los demás resulta desagradable. La halitosis puede ser un signo y síntoma al mismo tiempo o ser sólo uno de ellos; el paciente puede padecer el problema y no ser consciente de él o por el contrario no padecerlo y creer que lo tiene.
El aliento humano en condiciones normales está desprovisto de olor desagradable, siendo ligeramente dulzón y característico. También puede variar en función de los días. Incluso cuando se debe a un proceso patológico crónico puede presentar variaciones, dependiendo tanto de la secreción salival, como de los residuos alimentarios o de la placa bacteriana.
CAUSAS DE LA HALITOSIS
Por otro lado, el olor que emana de la boca no es constante a lo largo del día; es más intenso al levantarse que durante el resto del día, ya que durante el sueño dejamos de producir saliva que mantiene la boca limpia de residuos, sin saliva las células muertas y bacterias se adhieren a la lengua y mejillas produciendo malos olores, más antes de lavarse los dientes que después, más intenso en el ayuno prolongado y especialmente intenso después de ciertas comidas. Alimentos como el ajo, cebolla, los picantes, alcohol y restos de comida producen mal aliento siendo estas causas externas.
Unas bacterias que habitan en la superficie posterior de la lengua producen unos gases que ocasionan olores desagradables. La sequedad de boca, los cambios hormonales, la morfología de la lengua, son algunos de los factores que favorecen la proliferación de estas bacterias.
Afecciones dentales como la caries, problemas en las encías o infecciones bucales son otras causas de halitosis, así como prótesis fijas mal adaptadas (provocando así acúmulo de residuos que si no se eliminan se irán descomponiendo), o removibles que no se mantienen en condiciones higiénicas correctas.
REMEDIOS PARA EL MAL ALIENTO
En el 90% de los casos el mal aliento tiene su origen en la boca y no en el estómago, esto se trata con una correcta higiene dental cepillando los dientes y encías mínimo dos veces al día, sin olvidarse de la lengua que también se cepillará o usará un instrumento que se llama “raspador lingual” también existen en el mercado enjuagues específicos que su dentista le recomendará. Y algo muy importante hacer las visitas periódicas al dentista para descartar caries, gingivitis, piorrea, etc. Teniendo una boca “saneada” se solucionará sino todo, la mayor parte de halitosis o mal aliento. En un 10% de los casos de halitosis no es de origen oral (enfermedad hepática, renal, diabetes, faringitis, sinusitis…); por ello, en estas circunstancias será necesario acudir al especialista para tratar adecuadamente el problema.
* Una publicación del doctor José Pardiñas Arias, médico estomatólogo experto en implantes dentales, enfermedades de las encías y prótesis.